La mejor manera de disfrutar un puro es acompañándolo con dos grandes placeres de la naturaleza: el café y el té. Ya sea un espresso intenso o un té ahumado, cada combinación resalta matices únicos, crea una experiencia que deleitará al paladar más exigente. | Ya sea para degustar vino, cerveza, whiskey, tequila o cocteles, un buen chocolate puede calentar instantáneamente el paladar de un principiante y, al mismo tiempo, emocionar a los catadores más experimentados. | No es combinación común, pero si de las más exquisitas. Los distintos matices del queso y los puros —suavidad, cremosidad e intensidad— se complementan sorprendentemente, dando maridaje único y equilibrado. Experiencia que invita a seguir explorando nuevas armonías de sabor. |